Lo que faltó fue el cundiamor: Visita de AEBB al Cañón de San Cristóbal, Barranquitas

…por el sendero entre mayas arropás de cundiamores.” Luis Lloréns Torres

El Cañón de San Cristóbal. Foto, Dem J. Santiago ©2023

El pasado sábado 15 de abril de 2023, la Asociación de Estudiantes de Biología y Biotecnología (AEBB) visitó la joya geográfica que es el Cañón de San Cristóbal en Barranquitas. La travesía estuvo guiada por el Prof. Antonio Carro Anzalotta, quien estuvo orientando y educando a los estudiantes sobre flora y fauna durante el recorrido.

Prof. Antonio Carro Anzalotta, conversando con los jóvenes. Foto, Dem J. Santiago ©2023

La primera fase de la expedición comenzó por una entrada al Cañón en el Barrio Honduras y la primera hazaña del día fue encontrar el camino que nos llevaría hacía el Río Barranquitas. Este sendero apenas era perceptible a nuestros ojos pues estaba bordeado de maleza. Sin embargo, no demoró mucho la incertidumbre pues la astucia del Prof. Carro lo llevó a divisar una ruta y así, hicimos camino al andar, como dijo el poeta. Más adelante ubicamos los rastros de una vereda que dirigía el camino hasta el cuerpo de agua donde se unen el Río Usabón y el Río Barranquitas.

Mientras hacíamos el camino, liderados por el Prof. Carro, a son de machete y sudor, el descenso proveyó vistas espectaculares que ni en fotos se pueden capturar. Entre tropiezos, grandes arañas, plantas irritantes, enormes mayas, viejas zapatas de letrinas y coloridas orquídeas silvestres, el grupo disfrutó del Cañón San Cristóbal de una forma nunca antes experimentada.

Muestra de la flora encontrada durante la visita. Foto, Dem J. Santiago ©2023

En el camino, el Prof. Carro narraba la historia del Cañón, e identificaba fauna y flora con precisión admirable. Entre chistes y menciones espontáneas de la poesía de Luis Lloréns Torres, arribamos a esta maravilla natural a menos de doce (12) minutos del Recinto de Barranquitas.

La segunda fase del recorrido consistió en caminar por la entrada principal al Cañón, frecuentada por turistas y atletas que buscan un poco de naturaleza para relajarse y ejercitarse. A pesar de ser un camino más amplio y libre de enormes mayas, la belleza era igualmente deslumbrante. Frondosos árboles, flores vistosas y vistas encantadoras cobijaban el sendero hacia el mirador. Luego de algunas cuestas y decenas de mariposas, el grupo llegó al mirador del Cañón. La visita fue tan oportuna que un poco de lluvia hizo que las cascadas sonaran ferozmente mientras la vista comandaba la atención de los once pares de ojos allí presentes. Luego de contemplar la inmensidad ante nosotros, regresamos perseguidos por la lluvia que logró refrescar nuestros cuerpos agotados por la travesía, pero energizados por tanta belleza. Definitivamente, el Cañón de San Cristóbal es una obra de arte viviente.

Los integrantes de la expedición, desde el Mirador Suñé. De izquierda a derecha: Nathalie Mateo, Ariana Ortiz, Alexandra Montes, Eddiel Rivas, el Profesor Antonio Carro, la Profesora Sara Camerón, Dem J. Santiago, y Mariatabeira González. Foto, Dem J. Santiago ©2023

El recorrido permitió que adquiriéramos conocimiento ecológico, y que demostráramos compañerismo y trabajo en equipo, a la vez que pudimos conectarnos con la naturaleza. El camino fue arduo, pero sin duda volveríamos a atravesar aquel sendero entre mayas que, sin estar “arropás” de cundiamores, plasmó en nuestras memorias momentos que nunca olvidaremos.