Como queda evidenciado con los problemas sociales que están afectando la Isla, en los últimos años la salud mental de la población se ha ido deteriorando. Los problemas económicos y familiares, el maltrato, las múltiples responsabilidades, las enfermedades y las presiones sociales son algunas causantes de dicho deterioro, llevando a situaciones como lo son las adicciones, la violencia, los homicidios y el suicidio, entre otros.
El suicidio se define como la acción que un individuo lleva a cabo deliberadamente con el objetivo de quitarse la vida (Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, 2021). Es un acto intencionado, como por ejemplo tomar una sobredosis de medicamentos o provocar un accidente automovilístico, que tiene resultados mortales. En Puerto Rico el suicidio es un problema de salud pública. Para el 2020 en Puerto Rico 186 personas se quitaron la vida y hasta junio 2021 se han reportaron 91 suicidios (Comisión para la Prevención del Suicidio, 2021). Hay que tener en cuenta que las estadísticas no son exactas, porque algunos casos pueden pasar como accidentes.
Con el tiempo se han identificado factores de riesgo que han sido vinculados a que una persona atente contra su vida. Los trastornos mentales como la depresión, la esquizofrenia y la bipolaridad, así como los trastornos de adicción ponen en mayor riesgo a la persona que los sufre. Las personas con estos trastornos pueden tener dificultad para interpretar exactamente la realidad y manejar e identificar posibles soluciones a los problemas. De otra parte, los problemas económicos, como perder el trabajo o la acumulación de deudas se han asociado como un factor de riesgo. La ansiedad y la depresión que provocan las crisis económicas pueden ser un detonante para algunas personas. También, la muerte de un ser querido y las rupturas sentimentales, en algunos casos, han sido asociados como desencadenantes de ideas suicidas. Esto puede estar asociado a la falta de herramientas psicológicas y sistemas de apoyo para enfrentarse a las pérdidas. Otros factores de riesgo son el sentirse avergonzado, culpable o sentirse una carga para los demás. Estos factores pueden afectar el estado de ánimo y la autoestima del individuo haciéndole susceptible a pensamientos negativos.
Las personas con pensamientos suicidas pueden presentar unas manifestaciones que, si son identificadas, pueden ayudar a prevenir el suicidio. Dentro de estos síntomas se encuentran la dificultad para concentrarse o pensar claramente. Una conducta característica es regalar las pertenencias preciadas sin ningún motivo. Se puede presentar una pérdida de interés en actividades que antes eran agradables. Las personas pueden presentar comportamientos autodestructivos como lo son abusar del alcohol, consumir drogas ilícitas o hacerse daño físico como la automutilación. La persona puede hablar sobre la muerte, el querer marcharse, indicar que “no molestará más” o el querer resolver todos sus asuntos. También pueden mostrar un cambio inesperado en el comportamiento. Algunos individuos presentan una gran calma, luego de haber experimentado niveles elevados de ansiedad.
Aunque el suicidio es un problema a nivel mundial, donde según la Organización Mundial de la Salud (2021) cerca de 700,000 personas se suicidan cada año, existe una serie de mitos que afecta la atención que se le presta a la persona con pensamientos suicidas o que ha intentado quitarse la vida. Esto evita en muchas ocasiones que se preste ayuda o apoyo libre de prejuicios. Una creencia errónea es pensar que el individuo que dice que se va a suicidar no lo va a hacer. El verbalizarlo puede ser una medida de desesperación o una señal para buscar ayuda. Aunque muchos piensan que el decir el comentario es una manipulación, se debe considerar que una persona mentalmente saludable no tiene la necesidad de manipular por lo que puede ser una señal de auxilio. Otro mito es creer que el suicida quiere morir. Muchas personas que atentan contra su vida no desean morir, sino que están abrumados o desean escapar de los problemas. El apoyo emocional y el sentir que no están solos pueden ayudar a prevenir el evento. También, se piensa que hablar con una persona sobre el suicidio no es ideal porque se le puede “dar ideas” a la persona. Dialogar sobre el tema con la persona en riesgo permite explorar sobre sus posibles ideas, además muchas personas con desesperación emocional no tienen con quién hablar sobre sus preocupaciones y miedos. El diálogo ayuda a las personas a reflexionar sobre sus pensamientos y juntos identificar opciones (Organización Panamericana de la Salud). Algunos entienden que las personas que terminan con sus vidas lo hacen porque sufren de depresión. Aunque se sabe que las personas con trastornos de depresión están en mayor riesgo, no todo el que comete suicidio tiene dicho trastorno de ánimo. No es necesario tener un trastorno mental para cometer suicidio, simplemente el individuo puede estar pasando por un sufrimiento emocional (Pérez Barrero, 2005). Está la creencia que el suicidio no se puede prevenir. Si las personas alrededor del individuo pueden identificar los cambios en comportamiento, en el estado de ánimo y en los niveles de ansiedad podrían abordarlo con anticipación. Otros piensan que las personas que se quieren suicidar no lo dicen ni muestran señales. Sin embargo, las personas que se suicidan muchas veces han emitido algún comentario, amenazas o han presentado cambios de comportamiento (Pérez Barrero, 2005). Por otra parte, se han visto casos, que luego de un intento suicida, la familia o amigos retan al individuo con el propósito de que no lo vuelva a intentar. Comentarios como “yo te busco la soga” o “la próxima vez toma más pastillas” es un comportamiento erróneo que puede llevar al individuo a volver a intentarlo porque ante su vulnerabilidad, sus herramientas de manejo han fallado y puede sentir que no es importante para las personas a su alrededor.
Cualquier persona en algún momento de la vida puede presentar alguna alteración en su salud mental que requiera ayuda. Sin embargo, es lamentable que la sociedad en muchas ocasiones no toma en serio estas alteraciones o no les creen a las personas que las padecen porque físicamente se observan bien. Por tal motivo, es importante el ser solidario y empático con las personas. Al identificar algún cambio en comportamiento o estado de ánimo se debe hacer el acercamiento, esto permite que el individuo reconozca que hay personas interesadas y preocupadas por él. Se debe sacar tiempo para escuchar a la persona, sin enjuiciar, criticar o regañar. Ante un riesgo de suicidio acompañe a la persona a buscar ayuda profesional, nunca se deja sola a una persona luego de un intento suicida.
Aunque hay muchas ideas erróneas y tabúes acerca del suicidio, es un problema real que necesita ser atendido. Por eso es importante que, ante pensamientos negativos, las personas los sustituyan con pensamientos positivos, y puedan identificar personas en el entorno con los que puedan expresar sus sentimientos, miedos y preocupaciones. Al igual que se busca asistencia médica con un cardiólogo, gastroenterólogo o cualquier otro especialista para los problemas físicos, se debe buscar ayuda psicológica y psiquiátrica cuando se entienda que no se tienen las herramientas psicológicas para manejar las alteraciones en la salud mental. Ante situaciones que no se puedan resolver es de valientes aceptarlo y pedir ayuda. Una alternativa es la línea PAS de ASSMCA que está disponible las 24 horas del día para ofrecer consejería en crisis y apoyo emocional – 1 (800) 981 – 0023.
Referencias
Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. (2021). Suicidio y comportamiento suicida. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001554.htm
Comisión para la Prevención del Suicidio. (2021). Informe mensual de suicidios en Puerto Rico – junio 2021. Departamento de Salud de Puerto Rico. https://www.salud.gov.pr/menuInst/download/823
National Institute of Mental Health. (s.f.). El suicidio en los Estados Unidos: Preguntas frecuentes. National Institute of Health. https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/el-suicidio-en-los-estados-unidos
Organización Mundial de la Salud. (2021). Suicidio. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
Organización Panamericana de la Salud. (s.f.). Mitos acerca del suicidio. https://www.paho.org/es/campanas/mitos-acerca-suicidio
Pérez Barrero, S. (2005). Los mitos sobre el suicidio. La importancia de conocerlos. Revista Colombiana de Psiquiatría, 34(3).