“Una sociedad de igualdad de género
sería una donde no exista la palabra ´género´:
donde cada persona puede ser sí mismo.”
Gloria Steinem
Existen muchas fuentes de información que nos educan sobre la socialización de los roles de género. Este es el caso de una caricatura (Enfoque de Igualdad A.C., 2012) en donde se observa, entre muchas cosas, cómo los adultos enseñan a los menores sobre los roles que les “corresponde” dentro de la sociedad. Aquí se muestra una escena donde se le impone a un bebé un color en particular, basados en el sexo biológico, y que la sociedad significa como masculino o femenino. Otro ejemplo presenta a un adulto regañando a un niño por jugar con muñecas y no con su carrito. Esto enseña a la niñez a que hay unas dinámicas sociales que corresponde a cada género y que cruzar esa raya es castigado y, por tanto, prohibido.
Muchos de los ejemplos que muestra la caricatura pueden ser observados en nuestra sociedad puertorriqueña. La reciente tendencia de realizar las fiestas de revelaciones de género (“gender reveals”) es un acto donde, antes de nacer, asignan un rol a ese ser no nacido. Las celebraciones se realizan con dos colores, azul (niño – masculino) o rosa (niña – femenina) para revelar o imponer desde tan temprano, el rol que esa persona ha de ejecutar en el desarrollo de su vida. Aunque puede parecer poco relevante, pues son simples colores, seguimos otorgándole un color a cada sexo para diferenciarlos y que, en la medida en que vayan creciendo, se les enseñe sus posiciones dentro de la sociedad.
La socialización basada en los roles de género continúa y se solidifica con los juguetes que les regalamos para que se entretengan (DeFronzo & Gill, 2020). A las niñas se les compran juegos donde cuiden de sus muñecas, preparen comida y hagan limpieza, mientras que los juguetes de los niños son carritos, bloques para armar e, inclusive, pistolas de plástico. DeFronzo & Gill (2020) explican que, con los juegos, se socializa a los menores a lo que la sociedad espera que ellos cumplan alejándolos de ciertas destrezas y actividades importantes para los futuros adultos como las de arreglar cosas si son niñas o de cocinar si son niños.
Esta división, casi a los extremos, entre lo femenino y lo masculino, trae consigo un sinnúmero de problemas para todos, en especial para la mujer pues la pone en desventaja de muchas formas, encasillándola en el espacio doméstico y excluyéndola de participar de otros espacios dentro de la sociedad (DeFronzo & Gill, 2020). Aun cuando participa de trabajos remunerados y fuera del hogar, se espera que la mujer cumpla con su rol profesional y con todas las tareas de la casa (atender esposo e hijos, enfermos, cocinar, limpiar…). Esto no se espera de los hombres que, sin restarle méritos a la labor que realizan, solo se les impone que sustenten económicamente a su familia.
Ochoa, Cruz y Moreno (2015) explican que los roles impuestos a la mujer en muchas sociedades hacen que sean el doble de propensas a padecer de depresión en comparación con los hombres. Los autores indican que esto se debe a las presiones sociales a las que la mujer se enfrenta, pues las sociedades les han “permitido” entrar al mundo laboral y académico, pero no ha equiparado las cargas impuestas por los roles o logrado la igualdad entre los géneros.
Tenemos muchas herramientas para atender esta disparidad social y una de ellas es la educación. De seguro han escuchado que la educación es la clave para atender todos los males sociales, pues la realidad es que se está en lo cierto. Trejo, Llaven y Pérez (2015) afirma que la educación es uno de los instrumentos más importantes para asegurar el desarrollo de los países, pues requiere de contante ajuste para atender las necesidades de la población y lograr la participación democrática y la inclusión social. Los autores hacen referencia a Bourdieu quien consideraba que la escuela, junto con la educación en el hogar, eran las transmisoras fundamentales en los primeros años de vida de un niño, años en que comienzan a conocer “sus roles”. Si a través de la educación se inculcan unas expectativas sociales a la niñez, de esta misma manera podemos enseñarles que no necesitan cumplir ninguna expectativa, que se debe abogar por la equidad entre todas las personas para lograr una sociedad más justa, saludable y feliz.
Referencias
DeFronzo, J., & Gill, J. (2020). Social problem and social movements. Rowman & Littlefield. https://ebookcentral.proquest.com/lib/inter/reader.action?docID=5717039
Enfoque de igualdad A.C. (2012, 28 de noviembre). Caricatura de los roles de género . YouTube. https://www.youtube.0com/watch?v=GwQ4Ngc9GIg
Ochoa, C., Cruz, A., & Moreno, N. (2015). Depresión en la mujer: ¿Expresión de la realidad actual? Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 6(1), 113-135. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5123749
Trejo M., Llaven, G., & Pérez, H. (2015). El enfoque de género en la educación. Atenas, 4(32), 49-61. https://www.redalyc.org/pdf/4780/478047208004.pdf