Aramilda Cartagena: una vida al servicio estudiantil universitario

Este verano se acoge a un merecido retiro quien se desempeñara como nuestra Decana de Estudiantes, la compañera Aramilda Cartagena. Ella tenía como mi-sión profesional facilitar al máximo la vida universitaria, proporcionando recursos humanos y materiales para un mejor desarrollo curricular y personal de los estudiantes, apoyado en las labores docentes e investigadoras, y propiciando la actividad física y deportiva. El desarrollo de estos servicios fue su meta constante en su paso por la Universidad. Hoy el Recinto le reconoce toda esta gestión, como primer paso para decirle gracias.

Aramilda Cartagena llegó a la gran familia de la Interamericana de Barranquitas a finales de la década de los ochenta. Después de ser durante un año Directora de Proyectos Especiales, desde 1990 fungió como Directora de Educación Continua hasta el 2004, cuando se convirtió en Decana de Estudiantes. Dicha posición la ocupó hasta su retiro, exceptuando por un breve período (2016-2017) cuando laboró como consejera. Una de las personas que, desde mi llegada a principios de la década de los noventa, siempre me brindó su apoyo y ayuda para integrarme a la cultura organizacional del Recinto fue la Sra. Cartagena. Estaba siempre dispuesta a ayudar a todos los que se les acercaban en especial a sus estudiantes y en mi caso como personal no docente no fue la excepción. Con sus estudiantes, ella no escatimó esfuerzos para procurar que cada uno desarrollara al máximo su potencial para lograr sus metas académicas, alcanzando su bienestar.

Para lograrlo ella tenía muy claro que esta acción requiere un conjunto de servicios de apoyo al estudiante que permitan no solo su integración al Recinto, sino al desarrollo de competencias que contribuyan a su formación como un ente social, feliz, adaptable y productivo.

Su labor se caracterizaba por las siguientes máximas. Siempre comenzaba sus días de manera positiva, pensando en los aspectos de su trabajo que la motivaban cada día.  Puesto que los pequeños detalles le ayudaban en esta dirección, ella añadía elementos que la inspiraban a realizar una gestión de trabajo extraordinaria al beneficio de los estudiantes. Sumado a esto, siempre aprendía de sus compañeros de trabajo. Estaba convencida de que en el Recinto se rodeaba todos los días de personas con más experiencia que la suya, y aprovechaba esto para aprender. Su clave del éxito laboral radicaba en que las vivencias profesionales de los demás junto a las suyas eran las que verdaderamente la formaban como profesional.

Apreciada Aramilda, hoy la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de Barranquitas te agradece todo lo que realizaste para adelantar los objetivos corporativos.  Por eso, el día de hoy, sólo nos resta felicitarte por el trabajo realizado. Sin tu empeño y esfuerzo no hubiéramos alcanzado los objetivos trazados. Muchas gracias por un trabajo de excelencia. Valoramos mucho todo lo que realizaste para llegar adonde estamos y lo que es hoy en día el Recinto de Barranquitas de la Universidad Interamericana.