Para cumplir su meta deportiva los atletas necesitan un periodo de preparación y de disciplina, todo para así poder alcanzar sus sueños y anhelos. Los seres humanos necesitamos de esas metas y objetivos para emprender proyectos de vida que han de redundar en beneficios y oportunidades que les catapulten al futuro. Si no tenemos sueños y ganas de superación no se alcanzarán las metas que nos hemos propuesto conquistar. La carrera universitaria siempre exige de los esfuerzos y deseos de superación que cada persona lleva en su interior.
El Apóstol Pablo, en su Carta a los Filipenses en el capítulo 3:12, nos dice de la siguiente manera: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo”. Según el comentario de la Biblia católica para jóvenes, el Apóstol Pablo plantea que hay que tomar en serio nuestras metas. Dicha seriedad y una actitud positiva son la clave en el proceso de madurez que nos mantiene fieles y firmes al compromiso con nuestras aspiraciones.
En cada uno de nosotros tenemos un incansable guerrero que no importa las circunstancias continúa su trayectoria rumbo al éxito. Dios nos ha dotado de capacidades extraordinarias que están esperando que le des el espacio para su desarrollo hasta alcanzar la realización. La vida nos depara retos y desafíos: solamente tienes que enfrentarlos con valentía y espíritu emprendedor. No tengas temor de lo que puedas encontrarte en tu caminar por los senderos pedregosos, que puedan lacerar tus pies. Mira con firmeza hacia la meta que se encuentra al final. No pierdas de vista el horizonte de las posibilidades.
Nada en esta vida es de gratis. Todo tiene un precio a pagar, pero si estás dispuesto a asumirlo no te arrepentirás de haberlo hecho. Las personas determinadas toman decisiones firmes confiados en que los resultados serán los esperados. El Señor le dijo a Josué (un líder bíblico) lo siguiente: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas” (Josué 1:9). Tu misión es continuar hacia adelante sin que nadie te detenga. Todo está a tu favor en la medida en que te lo propongas. Tienes un mundo por delante: aprovecha el momento. No desperdicies ni malgastes los recursos que el Divino Creador ha provisto para ti. Mantén tu paso firme porque al final del camino recogerás la cosecha de tus sacrificios. Que el Señor te bendiga y te guarde y haga resplandecer su Rostro sobre ti y ponga en ti la paz (Números 6:22-26).
Referencias
Biblia católica para jóvenes. (2007). Editorial Verbo Divino.
Santa Biblia, revisión Reina Valera del 1960. (2015). Sociedad Bíblicas Unidas.